Los Fénix en el I Torneo de Alcazar de san Juan


Corría el año 18 de la era de nuestro señor allá por el siglo XXI, era final del estío y comienzos del otoño. Las luces del alba cada vez se retrasaban más al comienzo del día, hoy se presentaba un día caluroso y las primeras luces comenzaban a reflejarse en mis aposentos cuando me levanté presto a salir a nuestra cita con el resto de los caballeros de los Fénix ya que en el día de hoy debíamos acudir a la llamada de lady Bego que nos requería para acudir al I torneo de Álcazar de San Juan en plena llanura manchega. Estaba preparando mi armadura cuando al clamor de los primeros cantos de los pájaros matutinos oí la llegada de Cacique primer caballero de los Fénix que acudía con su montura y armadura a recogerme para partir a enfrentarnos al resto de huestes que acudirían al torneo.

Desde la villa de Madrid acudíamos además de los caballeros de los Fénix, nuestros vecinos de la partida de Alcorcón los Renos de Ciudad Patina que nos enfrentaríamos contra las tropas manchegas que acudirían también al torneo para conseguir los trofeos que se entregarían a los ganadores que en buena lid quedasen invictos. Por parte de la guerrilla de Villarobledo acudirían las tropas de los Troyanos y como dueños y señores del feudo en el que se disputaba el torneo tendríamo como contrincantes a las hordas de Donqui Hockey.

Acudí rápido al encuentro de Cacique para dirigirnos sin más dilación al encuentro con Sir Matarranz con el que debíamos encontrarnos en el lar de los Fénix -Islazul-, una vez reunidos después del largo estío durante el que cada uno había partido para dedicarse a sus faenas dejando apartado casi en el olvido las batallas acaecidas durante la temporada pasada pero con muchas ganas de retomar una nueva temporada que nos enfrentará en nuevas lides contra nuevas tropas que deberemos conocer y contra otras facciones ya conocidas de batallas anteriores. Los abrazos se hacían eternos por los recuerdos pasados y el tiempo separados pero conocedores de las nuevas aventuras que estaban por llegar. Una vez terminados los saludos y acomodados junto a nuestras armaduras salimos prestos para acudir a Alcazar de San Juan dispuestos a lo que nos deparase el futuro.

Allí deberíamos de encontrarnos con el resto de caballeros de los Fénix que acudirían desde los diferentes confines a los que se habrían retirado para dar reposo a los cuerpos cansados y magullados de las batallas pasadas durante un año duro y no menos doloroso del que se presenta para esta nueva temporada.

A la llamada de lady Bego acudirían los siguientes caballeros: Alexander Medrano, Rafael y Alex Melchor,  David Fernández, Fernando Viñamagua, Anibal Minguez, Carlos Martín y Arturo Pérez de Albeniz que deberíamos dar protección en el campo de batalla a Sir Juan Carlos Duperier para que no sea abatido. Siempre acompañados por las damas: Irene, Almudena y Patricia que se desplazaron al feudo de Alcazar de San Juan junto a tan nobles caballeros para disfrutar de un día de torneos y contiendas y poder dar ánimo a nuestros guerreros y reconfortarlos de sus heridas.

El primer combate se lidiaría entre las hordas de los Troyanos que se enfrentarían contra los Donqui Hockey señores del feudo en el que se disputaba el torneo, en esta batalla resultaron vencedores los Troyanos con una clara victoria. A continuación nos enfrentábamos los Fenix contra nuestros vecinos y conocidos Renos de ciudad patina, a pesar que el día transcurría sin demasiado calor, comenzaba a calentar el sol pero todavía quedaban algunas nubes que hacían que el calor de los petos y armaduras pudiesen soportarse. En nuestra primera batalla comenzaron los Renos batiendo nuestra portería y causando mella en nuestro ánimo y un poco más en el de Sir Juan Carlos que presagiaba una dura contienda, los Renos continuaron con animosa actitud viendo que podían abatirnos y nos infligieron un nuevo gol que despertó al resto de nuestra tropa que despertó de su letargo después de tanto tiempo sin luchar comenzando con una remontada que allá por la segunda parte se fue acomodando para darnos esa primera victoria en el torneo que nos permitiría enfrentarnos en buena lid contra los vencedores de la batalla anterior (los Troyanos) para disputar la contienda final y optar a los laureles finales del torneo.



Pero antes de enfrentarnos en la batalla final deberían enfrentarse de nuevo los Renos contra los Donqui Hockey para dilucidar quien quedaría 3 o 4 en este torneo.

Nuestros recientes adversarios debían de enfrentarse sin prácticamente tiempo  para reponer fuerzas contra los caballeros de este feudo que ya habían tenido tiempo de rearmarse y recomponerse después de su primera contienda. El sol comenzaba a apretar con saña e iba haciendo mella en las huestes de los Renos que casi al final de la batalla tenían que retirar de la contienda a su portero que iba a ser sustituido por el portero de los Troyanos para terminar la batalla dando un poco de apoyo a los valientes Renos que lucharon hasta el final sin desfallecer en la batalla, bravo por estos aguerridos guerreros que lucharon con saña empuñando sus stick con fuerza y tesón  en buena lid frente a los Donqui Hockey que se proclamaron 3º del torneo dejando un merecido 4º puesto para los renos por su coraje, arrojo y valentía enfrentándose a 2 duros adversarios a más de 30º C.

La final del torneo se disputaría ya bien avanzado el día y con el sol en lo más alto calentando sin compasión, esta batalla se presentaba difícil por las altas temperaturas del día que hacían que nuestras armaduras infligieran un sufrimiento mayor que los soportados durante otras contiendas del invierno. Las botellas de agua comenzaban a hervir en el banquillo convirtiendo el agua en un té insípido. Aún así los Fénix hicimos acopio de las fuerzas que nos quedaban para no caer abatidos por la ola de calor que hacia resguardarse a los simpatizantes de ambos contendientes.



Los Troyanos, guerreros bastante más jóvenes que los veteranos Fénix comenzaron golpeando con un primer gol que empezó a hacer mella en nuestro ánimo, intentamos reorganizarnos y cambiar de estrategia en cada línea para infligir el mismo daño en nuestros contendientes que se iban distanciando en el marcador, destacar algunas jugadas de las líneas más avezadas de los Fénix que no obstante y debido a las altas temperaturas que se estaban alcanzando cometían fallos que seguro hubiesen causado mejores resultados si la contienda se hubiese disputado en el ocaso del día con unas temperaturas más suaves. Los últimos minutos de la contienda hicieron que Sir Juan Carlos se doblegara hincando las rodillas en tierra y terminando la contienda luchando desde el suelo.
Victoria para los Troyanos y  merecido 2º puesto para los Fénix que una vez recompuestos después de una rápida pose junto a las autoridades locales y la entrega de trofeos y una prolongada ducha nos dirigiríamos a disfrutar de unos ágapes y viandas que habían dispuesto los organizadores del torneo.
Llegamos al lugar acordado (Rolling Rock) para disfrutar de un buen pisto manchego y una estupendas paellas que nos supieron a poco para recomponer las energías perdidas en las batallas disputadas pero que junto a gran cantidad de bebidas nos hicieron disfrutar de un buen día de duelos y contiendas con compañeros de batallas que nos hacen prever otro año disfrutando de los compañeros de batallas y de nuevos acontecimientos que nos harán disfrutar de este noble deporte del hockey.


Crónica: Vicente Oliva Fotos: Patricia Chicote

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